Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: Les aseguro que el sirviente no es
más que su señor, ni el enviado más que el que lo envía. 17Serán felices si, sabiendo estas cosas,
las cumplen. 18No hablo de todos ustedes, porque sé a quiénes he elegido. Pero se ha de cumplir
aquello de la Escritura: El que compartía mi pan se levantó contra mí. 19Se lo digo ahora, antes
de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy. 20Les aseguro: quien reciba al que yo
envíe me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me envió.